Síndrome confusional agudo (Delirum)

Estado de confusión mental repentino que afecta la atención y la percepción, generalmente causado por factores médicos, como infecciones o deshidratación.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO (DELIRIUM)

Es una alteración súbita del estado mental caracterizada por confusión, desorientación y dificultad para concentrarse. Suele ser un trastorno temporal, pero representa una emergencia médica, especialmente en personas mayores, ya que puede indicar una enfermedad subyacente grave.

Consulta a un geriatra si percibes:

    • Confusión repentina, sin antecedentes previos de deterioro cognitivo.
    • Desorientación en tiempo, lugar o personas conocidas.
    • Cambios en la atención, como dificultad para concentrarse o seguir una conversación.
    • Alteraciones del comportamiento, como agitación, irritabilidad o letargo extremo.
    • Ciclo sueño-vigilia alterado, con somnolencia diurna e insomnio nocturno.
    • Alucinaciones o delirios, viendo o escuchando cosas inexistentes.

Causas comunes en mayores de 65 años

    • Infecciones: Como infecciones urinarias o neumonías.
    • Insuficiencia cardiaca
    • Medicamentos: Efectos secundarios de sedantes, analgésicos o anticolinérgicos.
    • Deshidratación o desequilibrio electrolítico.
    • Dolor no controlado o enfermedades crónicas agudizadas.
    • Hospitalización: Especialmente tras intervenciones quirúrgicas o en cuidados intensivos.
    • Déficit de oxígeno: Por insuficiencia respiratoria o anemia severa.
    • Consumo de sustancias: Como alcohol o abstinencia de fármacos.

El diagnóstico incluye:

    • Historia clínica detallada, evaluando síntomas recientes, medicación y antecedentes médicos.
    • Evaluación del estado mental, con herramientas como el CAM (Confusion Assessment Method).
    • Examen físico y neurológico, para identificar posibles causas subyacentes.
    • Pruebas de laboratorio:
      • Análisis de sangre para medir electrolitos, función renal y hepática.
      • Cultivos de orina o sangre, si se sospecha infección.
    • Estudios de imagen:
      • Tomografía o resonancia magnética cerebral, si se sospechan causas neurológicas.

El tratamiento debe ser inmediato y centrarse en la causa subyacente:

    • Tratamiento de la causa primaria:
      • Infecciones: Uso de antibióticos adecuados (si se trata de una infección bacteriana).
      • Deshidratación: Reposición de líquidos y electrolitos.
      • Ajuste o retirada de medicamentos que puedan contribuir al delirio.
    • Medidas ambientales:
      • Crear un entorno tranquilo y familiar, con luz natural y horarios regulares.
      • Reducir estímulos estresantes, como ruidos o cambios constantes en el entorno.
      • Mantener objetos familiares cerca, como fotos o un reloj, para orientar al paciente.
    • Apoyo no farmacológico:
      • Reorientación frecuente, explicando dónde está y qué sucede.
      • Involucrar a familiares para brindar apoyo emocional.
    • Uso limitado de medicación:
      • Solo si los síntomas son graves o representan un riesgo, se pueden emplear antipsicóticos (como haloperidol, quetiapina o risperidona) bajo estricta supervisión médica. Un manejo adecuado del síndrome confusional agudo reduce el riesgo de complicaciones graves, mejora el pronóstico y permite una recuperación más rápida.

 

ARTÍCULOS

SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO (DELIRIUM)

Es una alteración súbita del estado mental caracterizada por confusión, desorientación y dificultad para concentrarse. Suele ser un trastorno temporal, pero representa una emergencia médica, especialmente en personas mayores, ya que puede indicar una enfermedad subyacente grave.

Consulta a un geriatra si percibes:

    • Confusión repentina, sin antecedentes previos de deterioro cognitivo.
    • Desorientación en tiempo, lugar o personas conocidas.
    • Cambios en la atención, como dificultad para concentrarse o seguir una conversación.
    • Alteraciones del comportamiento, como agitación, irritabilidad o letargo extremo.
    • Ciclo sueño-vigilia alterado, con somnolencia diurna e insomnio nocturno.
    • Alucinaciones o delirios, viendo o escuchando cosas inexistentes.

Causas comunes en mayores de 65 años

    • Infecciones: Como infecciones urinarias o neumonías.
    • Insuficiencia cardiaca
    • Medicamentos: Efectos secundarios de sedantes, analgésicos o anticolinérgicos.
    • Deshidratación o desequilibrio electrolítico.
    • Dolor no controlado o enfermedades crónicas agudizadas.
    • Hospitalización: Especialmente tras intervenciones quirúrgicas o en cuidados intensivos.
    • Déficit de oxígeno: Por insuficiencia respiratoria o anemia severa.
    • Consumo de sustancias: Como alcohol o abstinencia de fármacos.

El diagnóstico incluye:

    • Historia clínica detallada, evaluando síntomas recientes, medicación y antecedentes médicos.
    • Evaluación del estado mental, con herramientas como el CAM (Confusion Assessment Method).
    • Examen físico y neurológico, para identificar posibles causas subyacentes.
    • Pruebas de laboratorio:
      • Análisis de sangre para medir electrolitos, función renal y hepática.
      • Cultivos de orina o sangre, si se sospecha infección.
    • Estudios de imagen:
      • Tomografía o resonancia magnética cerebral, si se sospechan causas neurológicas.

El tratamiento debe ser inmediato y centrarse en la causa subyacente:

    • Tratamiento de la causa primaria:
      • Infecciones: Uso de antibióticos adecuados (si se trata de una infección bacteriana).
      • Deshidratación: Reposición de líquidos y electrolitos.
      • Ajuste o retirada de medicamentos que puedan contribuir al delirio.
    • Medidas ambientales:
      • Crear un entorno tranquilo y familiar, con luz natural y horarios regulares.
      • Reducir estímulos estresantes, como ruidos o cambios constantes en el entorno.
      • Mantener objetos familiares cerca, como fotos o un reloj, para orientar al paciente.
    • Apoyo no farmacológico:
      • Reorientación frecuente, explicando dónde está y qué sucede.
      • Involucrar a familiares para brindar apoyo emocional.
    • Uso limitado de medicación:
      • Solo si los síntomas son graves o representan un riesgo, se pueden emplear antipsicóticos (como haloperidol, quetiapina o risperidona) bajo estricta supervisión médica. Un manejo adecuado del síndrome confusional agudo reduce el riesgo de complicaciones graves, mejora el pronóstico y permite una recuperación más rápida.

 

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?
Ir al contenido