Agresividad

Comportamiento agresivo o irritabilidad que puede manifestarse en personas mayores debido a deterioro cognitivo u otras condiciones psicológicas.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

AGRESIVIDAD

1. La agresividad en mayores de 65 años es un comportamiento reactivo que puede manifestarse con gritos, insultos, resistencia o incluso violencia física. A menudo es un síntoma de una demencia

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:

  • Cambios bruscos de comportamiento, como explosiones de ira sin motivo aparente.

  • Resistencia o rechazo hacia el cuidado, mostrando irritación o agresión física.

  • Conductas hostiles hacia familiares o cuidadores.

  • Aislamiento social, causado por conflictos frecuentes.

  • Síntomas acompañantes, como confusión, pérdida de memoria o alucinaciones.

3. Causas comunes en mayores de 65 años

  • Demencia: Como el Alzheimer o la demencia frontotemporal.

  • Delirium: Episodios de confusión aguda debido a infecciones, medicamentos o deshidratación.

  • Dolor no controlado: Que puede generar irritabilidad o frustración.

  • Trastornos emocionales: Ansiedad, depresión o estrés crónico.

  • Factores ambientales: Cambios en el entorno, sobreestimulación o falta de comunicación efectiva.

4. ¿Cómo se diagnostica en mayores de 65 años?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando el inicio y frecuencia de los episodios.

  • Evaluación cognitiva y emocional, para descartar demencia o trastornos psiquiátricos.

  • Examen físico y pruebas de laboratorio, para identificar causas médicas subyacentes.

  • Análisis del entorno y la dinámica familiar, para detectar desencadenantes externos.

5. Abordaje y manejo

El tratamiento se centra en:

  • Identificar y tratar la causa subyacente, como infecciones o dolor.

  • Técnicas de comunicación, usando un lenguaje calmado y empático.

  • Adaptar el entorno, evitando estímulos que generen estrés o frustración.

  • Intervenciones no farmacológicas, como terapia ocupacional o actividades recreativas.

  • Uso de medicación, solo cuando sea estrictamente necesario y bajo supervisión médica.

El manejo adecuado reduce los episodios agresivos y mejora la convivencia y calidad de vida del adulto mayor y sus cuidadores

ARTÍCULOS

AGRESIVIDAD

1. La agresividad en mayores de 65 años es un comportamiento reactivo que puede manifestarse con gritos, insultos, resistencia o incluso violencia física. A menudo es un síntoma de una demencia

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:

  • Cambios bruscos de comportamiento, como explosiones de ira sin motivo aparente.

  • Resistencia o rechazo hacia el cuidado, mostrando irritación o agresión física.

  • Conductas hostiles hacia familiares o cuidadores.

  • Aislamiento social, causado por conflictos frecuentes.

  • Síntomas acompañantes, como confusión, pérdida de memoria o alucinaciones.

3. Causas comunes en mayores de 65 años

  • Demencia: Como el Alzheimer o la demencia frontotemporal.

  • Delirium: Episodios de confusión aguda debido a infecciones, medicamentos o deshidratación.

  • Dolor no controlado: Que puede generar irritabilidad o frustración.

  • Trastornos emocionales: Ansiedad, depresión o estrés crónico.

  • Factores ambientales: Cambios en el entorno, sobreestimulación o falta de comunicación efectiva.

4. ¿Cómo se diagnostica en mayores de 65 años?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando el inicio y frecuencia de los episodios.

  • Evaluación cognitiva y emocional, para descartar demencia o trastornos psiquiátricos.

  • Examen físico y pruebas de laboratorio, para identificar causas médicas subyacentes.

  • Análisis del entorno y la dinámica familiar, para detectar desencadenantes externos.

5. Abordaje y manejo

El tratamiento se centra en:

  • Identificar y tratar la causa subyacente, como infecciones o dolor.

  • Técnicas de comunicación, usando un lenguaje calmado y empático.

  • Adaptar el entorno, evitando estímulos que generen estrés o frustración.

  • Intervenciones no farmacológicas, como terapia ocupacional o actividades recreativas.

  • Uso de medicación, solo cuando sea estrictamente necesario y bajo supervisión médica.

El manejo adecuado reduce los episodios agresivos y mejora la convivencia y calidad de vida del adulto mayor y sus cuidadores

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