Delirios
Creencias falsas y persistentes, como pensar que alguien quiere hacerles daño o robarles. Suelen aumentar la angustia y requieren un manejo cuidadoso y empático y en ocasiones farmacológico.
DELIRIOS
1. Los delirios son creencias falsas y persistentes que no se corrigen con lógica o evidencia. En mayores de 65 años, pueden ser síntomas de enfermedades como demencia, trastornos psiquiátricos o condiciones médicas subyacentes.
2. ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:
-
Ideas falsas de persecución, como creer que alguien lo quiere dañar.
-
Desconfianza excesiva, como pensar que le roban o están contra él.
-
Creencias infundadas sobre su cuerpo, como sentir que tiene una enfermedad grave sin pruebas médicas.
-
Fijaciones emocionales, como acusar a familiares o cuidadores de actos inexistentes.
-
Reacción emocional intensa, como miedo, ira o ansiedad vinculados al delirio.
-
Impacto en su vida diaria, dificultando la convivencia o los cuidados.
3. Causas comunes en mayores de 65 años
-
Demencia: Delirios frecuentes en la enfermedad de Alzheimer o cuerpos de Lewy.
-
Delirium: Episodios agudos provocados por infecciones, medicamentos o deshidratación.
-
Trastornos psiquiátricos: Depresión psicótica, esquizofrenia tardía o trastorno delirante.
-
Alteraciones sensoriales: Pérdida de visión o audición que contribuyen a percepciones erróneas.
-
Efectos de medicamentos, como corticoides o analgésicos potentes.
4. ¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico incluye:
-
Historia clínica detallada, para evaluar la duración y características del delirio.
-
Evaluación cognitiva y emocional, para identificar demencia o trastornos psiquiátricos.
-
Revisión de medicamentos, descartando efectos secundarios.
-
Pruebas de laboratorio, para detectar infecciones o desequilibrios metabólicos.
-
Estudios de imagen cerebral, en caso de sospecha de causas neurológicas.
5. Abordaje y manejo
El tratamiento debe ser integral y personalizado:
-
Identificar y tratar la causa subyacente, como infecciones o medicamentos.
-
Técnicas de comunicación, usando un tono calmado y empático sin confrontar las creencias falsas.
-
Proporcionar un entorno tranquilo y seguro, reduciendo estímulos que puedan agravar el delirio.
-
Uso cuidadoso de medicamentos, como antipsicóticos, solo si es necesario.
-
Apoyo a cuidadores, enseñando estrategias para manejar los episodios difíciles.
Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado mejoran la convivencia y la calidad de vida del adulto mayor y su entorno.
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DELIRIOS
1. Los delirios son creencias falsas y persistentes que no se corrigen con lógica o evidencia. En mayores de 65 años, pueden ser síntomas de enfermedades como demencia, trastornos psiquiátricos o condiciones médicas subyacentes.
2. ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:
-
Ideas falsas de persecución, como creer que alguien lo quiere dañar.
-
Desconfianza excesiva, como pensar que le roban o están contra él.
-
Creencias infundadas sobre su cuerpo, como sentir que tiene una enfermedad grave sin pruebas médicas.
-
Fijaciones emocionales, como acusar a familiares o cuidadores de actos inexistentes.
-
Reacción emocional intensa, como miedo, ira o ansiedad vinculados al delirio.
-
Impacto en su vida diaria, dificultando la convivencia o los cuidados.
3. Causas comunes en mayores de 65 años
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Demencia: Delirios frecuentes en la enfermedad de Alzheimer o cuerpos de Lewy.
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Delirium: Episodios agudos provocados por infecciones, medicamentos o deshidratación.
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Trastornos psiquiátricos: Depresión psicótica, esquizofrenia tardía o trastorno delirante.
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Alteraciones sensoriales: Pérdida de visión o audición que contribuyen a percepciones erróneas.
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Efectos de medicamentos, como corticoides o analgésicos potentes.
4. ¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico incluye:
-
Historia clínica detallada, para evaluar la duración y características del delirio.
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Evaluación cognitiva y emocional, para identificar demencia o trastornos psiquiátricos.
-
Revisión de medicamentos, descartando efectos secundarios.
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Pruebas de laboratorio, para detectar infecciones o desequilibrios metabólicos.
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Estudios de imagen cerebral, en caso de sospecha de causas neurológicas.
5. Abordaje y manejo
El tratamiento debe ser integral y personalizado:
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Identificar y tratar la causa subyacente, como infecciones o medicamentos.
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Técnicas de comunicación, usando un tono calmado y empático sin confrontar las creencias falsas.
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Proporcionar un entorno tranquilo y seguro, reduciendo estímulos que puedan agravar el delirio.
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Uso cuidadoso de medicamentos, como antipsicóticos, solo si es necesario.
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Apoyo a cuidadores, enseñando estrategias para manejar los episodios difíciles.
Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado mejoran la convivencia y la calidad de vida del adulto mayor y su entorno.