Dolor

Puede ser agudo o crónico y afectar la movilidad y la calidad de vida; incluye dolores osteoarticulares y neuropáticos.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

DOLOR

1. Dolor en el adulto mayor

El dolor en mayores de 65 años es una experiencia física y emocional desagradable que puede ser aguda o crónica. Puede ser más frecuente en esta etapa de la vida, debido a enfermedades como la artrosis, neuropatías o condiciones musculoesqueléticas.

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:

  • Dolor persistente que no mejora con reposo o medicación básica.

  • Dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar o vestirse.

  • Dolor nocturno, que interfiere con el sueño.

  • Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o tristeza relacionados con el dolor.

  • Pérdida de movilidad, evitando actividades físicas por miedo a empeorar el dolor.

  • Dependencia de analgésicos, sin control médico.

3. Causas comunes en mayores de 65 años

  • Enfermedades articulares: Artrosis o brotes de artritis.

  • Dolor neuropático: Asociado a diabetes, herpes zóster o lesiones nerviosas.

  • Dolor musculoesquelético: Por posturas incorrectas, caídas o debilidad muscular.

  • Dolor visceral: Relacionado con enfermedades gastrointestinales o cardíacas.

  • Dolor oncológico: Por tumores o tratamientos contra el cáncer.

4. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando intensidad, localización y duración del dolor.

  • Examen físico completo, para identificar causas musculoesqueléticas o neurológicas.

  • Pruebas de imagen, como radiografías o resonancia magnética, si se sospecha daño estructural.

  • Pruebas de laboratorio, para descartar inflamación o enfermedades sistémicas.

5. Abordaje y manejo

El tratamiento del dolor debe ser integral:

  • Medicamentos analgésicos, desde paracetamol hasta opioides, según la intensidad y bajo supervisión médica.

  • Terapias físicas, como fisioterapia o ejercicios adaptados.

  • Terapias complementarias, como estimulación nerviosa eléctrica (TENS).

  • Tratamiento de enfermedades subyacentes, como artritis o neuropatías.

  • Apoyo emocional, ya que el dolor crónico puede afectar el bienestar psicológico.

Un manejo adecuado del dolor mejora significativamente la calidad de vida del adulto mayor, fomentando su independencia y bienestar.

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DOLOR

1. Dolor en el adulto mayor

El dolor en mayores de 65 años es una experiencia física y emocional desagradable que puede ser aguda o crónica. Puede ser más frecuente en esta etapa de la vida, debido a enfermedades como la artrosis, neuropatías o condiciones musculoesqueléticas.

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:

  • Dolor persistente que no mejora con reposo o medicación básica.

  • Dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar o vestirse.

  • Dolor nocturno, que interfiere con el sueño.

  • Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o tristeza relacionados con el dolor.

  • Pérdida de movilidad, evitando actividades físicas por miedo a empeorar el dolor.

  • Dependencia de analgésicos, sin control médico.

3. Causas comunes en mayores de 65 años

  • Enfermedades articulares: Artrosis o brotes de artritis.

  • Dolor neuropático: Asociado a diabetes, herpes zóster o lesiones nerviosas.

  • Dolor musculoesquelético: Por posturas incorrectas, caídas o debilidad muscular.

  • Dolor visceral: Relacionado con enfermedades gastrointestinales o cardíacas.

  • Dolor oncológico: Por tumores o tratamientos contra el cáncer.

4. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando intensidad, localización y duración del dolor.

  • Examen físico completo, para identificar causas musculoesqueléticas o neurológicas.

  • Pruebas de imagen, como radiografías o resonancia magnética, si se sospecha daño estructural.

  • Pruebas de laboratorio, para descartar inflamación o enfermedades sistémicas.

5. Abordaje y manejo

El tratamiento del dolor debe ser integral:

  • Medicamentos analgésicos, desde paracetamol hasta opioides, según la intensidad y bajo supervisión médica.

  • Terapias físicas, como fisioterapia o ejercicios adaptados.

  • Terapias complementarias, como estimulación nerviosa eléctrica (TENS).

  • Tratamiento de enfermedades subyacentes, como artritis o neuropatías.

  • Apoyo emocional, ya que el dolor crónico puede afectar el bienestar psicológico.

Un manejo adecuado del dolor mejora significativamente la calidad de vida del adulto mayor, fomentando su independencia y bienestar.

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