Dolor
Puede ser agudo o crónico y afectar la movilidad y la calidad de vida; incluye dolores osteoarticulares y neuropáticos.
DOLOR
1. Dolor en el adulto mayor
El dolor en mayores de 65 años es una experiencia física y emocional desagradable que puede ser aguda o crónica. Puede ser más frecuente en esta etapa de la vida, debido a enfermedades como la artrosis, neuropatías o condiciones musculoesqueléticas.
2. ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:
-
Dolor persistente que no mejora con reposo o medicación básica.
-
Dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar o vestirse.
-
Dolor nocturno, que interfiere con el sueño.
-
Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o tristeza relacionados con el dolor.
-
Pérdida de movilidad, evitando actividades físicas por miedo a empeorar el dolor.
-
Dependencia de analgésicos, sin control médico.
3. Causas comunes en mayores de 65 años
-
Enfermedades articulares: Artrosis o brotes de artritis.
-
Dolor neuropático: Asociado a diabetes, herpes zóster o lesiones nerviosas.
-
Dolor musculoesquelético: Por posturas incorrectas, caídas o debilidad muscular.
-
Dolor visceral: Relacionado con enfermedades gastrointestinales o cardíacas.
-
Dolor oncológico: Por tumores o tratamientos contra el cáncer.
4. ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
-
Historia clínica detallada, evaluando intensidad, localización y duración del dolor.
-
Examen físico completo, para identificar causas musculoesqueléticas o neurológicas.
-
Pruebas de imagen, como radiografías o resonancia magnética, si se sospecha daño estructural.
-
Pruebas de laboratorio, para descartar inflamación o enfermedades sistémicas.
5. Abordaje y manejo
El tratamiento del dolor debe ser integral:
-
Medicamentos analgésicos, desde paracetamol hasta opioides, según la intensidad y bajo supervisión médica.
-
Terapias físicas, como fisioterapia o ejercicios adaptados.
-
Terapias complementarias, como estimulación nerviosa eléctrica (TENS).
-
Tratamiento de enfermedades subyacentes, como artritis o neuropatías.
-
Apoyo emocional, ya que el dolor crónico puede afectar el bienestar psicológico.
Un manejo adecuado del dolor mejora significativamente la calidad de vida del adulto mayor, fomentando su independencia y bienestar.
ARTÍCULOS
DOLOR
1. Dolor en el adulto mayor
El dolor en mayores de 65 años es una experiencia física y emocional desagradable que puede ser aguda o crónica. Puede ser más frecuente en esta etapa de la vida, debido a enfermedades como la artrosis, neuropatías o condiciones musculoesqueléticas.
2. ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si el adulto mayor presenta:
-
Dolor persistente que no mejora con reposo o medicación básica.
-
Dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar o vestirse.
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Dolor nocturno, que interfiere con el sueño.
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Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o tristeza relacionados con el dolor.
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Pérdida de movilidad, evitando actividades físicas por miedo a empeorar el dolor.
-
Dependencia de analgésicos, sin control médico.
3. Causas comunes en mayores de 65 años
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Enfermedades articulares: Artrosis o brotes de artritis.
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Dolor neuropático: Asociado a diabetes, herpes zóster o lesiones nerviosas.
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Dolor musculoesquelético: Por posturas incorrectas, caídas o debilidad muscular.
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Dolor visceral: Relacionado con enfermedades gastrointestinales o cardíacas.
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Dolor oncológico: Por tumores o tratamientos contra el cáncer.
4. ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
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Historia clínica detallada, evaluando intensidad, localización y duración del dolor.
-
Examen físico completo, para identificar causas musculoesqueléticas o neurológicas.
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Pruebas de imagen, como radiografías o resonancia magnética, si se sospecha daño estructural.
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Pruebas de laboratorio, para descartar inflamación o enfermedades sistémicas.
5. Abordaje y manejo
El tratamiento del dolor debe ser integral:
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Medicamentos analgésicos, desde paracetamol hasta opioides, según la intensidad y bajo supervisión médica.
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Terapias físicas, como fisioterapia o ejercicios adaptados.
-
Terapias complementarias, como estimulación nerviosa eléctrica (TENS).
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Tratamiento de enfermedades subyacentes, como artritis o neuropatías.
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Apoyo emocional, ya que el dolor crónico puede afectar el bienestar psicológico.
Un manejo adecuado del dolor mejora significativamente la calidad de vida del adulto mayor, fomentando su independencia y bienestar.