Desnutrición o malnutrición

Estado de desequilibrio nutricional que puede resultar de una ingesta insuficiente o deficiente de nutrientes esenciales.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

DESNUTRICIÓN Y MALNUTRICIÓN

1. ¿Qué son la desnutrición y la malnutrición?

La desnutrición es la falta de nutrientes esenciales necesarios para mantener la salud, mientras que la malnutrición incluye tanto déficits como excesos o desequilibrios en la dieta. En mayores de 65 años tienen un impacto directo en su salud física, emocional y funcionalidad.

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si notas:

  • Pérdida de peso significativa sin motivo aparente.

  • Disminución del apetito, incluso frente a alimentos favoritos.

  • Cansancio constante y falta de energía para las actividades diarias.

  • Cambios físicos, como piel seca, cabello frágil o uñas quebradizas.

  • Inmunidad debilitada, con infecciones recurrentes.

  • Problemas para masticar o tragar, que dificulten una alimentación adecuada.

3. Causas comunes en adultos mayores

  • Problemas de salud crónicos: Insuficiencia cardíaca, demencia o enfermedades oncológicas.

  • Dificultades para masticar o tragar: Relacionadas con problemas dentales o disfagia.

  • Aislamiento o depresión: Que reducen el interés por comer.

  • Falta de acceso a alimentos nutritivos: Por limitaciones económicas o dificultad para cocinar.

  • Efectos secundarios de medicamentos, que afectan el apetito o la absorción de nutrientes.

4. ¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica y evaluación de peso, observando cambios recientes o pérdida significativa.

  • Herramientas de cribado nutricional, como la Mini Nutritional Assessment (MNA), diseñada para detectar desnutrición en personas mayores.

  • Análisis de laboratorio, para medir niveles de proteínas, vitaminas y electrolitos.

  • Evaluación de la ingesta diaria, registrando cantidades y calidad de los alimentos consumidos.

5. Abordaje y manejo por geriatra y nutricionista

El tratamiento se centra en mejorar el estado nutricional y prevenir complicaciones:

  • Dieta personalizada, rica en proteínas, fibra y nutrientes esenciales.

  • Suplementos nutricionales, como batidos proteicos, en casos necesarios.

  • Intervenciones médicas específicas, para tratar enfermedades subyacentes.

  • Rehabilitación de la disfagia, si está presente, con modificaciones en la textura de los alimentos.

  • Promoción de comidas sociales, para estimular el apetito.

  • Seguimiento periódico con el geriatra y nutricionista, para ajustar el plan según necesidades.

Una atención nutricional adecuada mejora la calidad de vida, previene la pérdida funcional y reduce riesgos de hospitalización.

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DESNUTRICIÓN Y MALNUTRICIÓN

1. ¿Qué son la desnutrición y la malnutrición?

La desnutrición es la falta de nutrientes esenciales necesarios para mantener la salud, mientras que la malnutrición incluye tanto déficits como excesos o desequilibrios en la dieta. En mayores de 65 años tienen un impacto directo en su salud física, emocional y funcionalidad.

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si notas:

  • Pérdida de peso significativa sin motivo aparente.

  • Disminución del apetito, incluso frente a alimentos favoritos.

  • Cansancio constante y falta de energía para las actividades diarias.

  • Cambios físicos, como piel seca, cabello frágil o uñas quebradizas.

  • Inmunidad debilitada, con infecciones recurrentes.

  • Problemas para masticar o tragar, que dificulten una alimentación adecuada.

3. Causas comunes en adultos mayores

  • Problemas de salud crónicos: Insuficiencia cardíaca, demencia o enfermedades oncológicas.

  • Dificultades para masticar o tragar: Relacionadas con problemas dentales o disfagia.

  • Aislamiento o depresión: Que reducen el interés por comer.

  • Falta de acceso a alimentos nutritivos: Por limitaciones económicas o dificultad para cocinar.

  • Efectos secundarios de medicamentos, que afectan el apetito o la absorción de nutrientes.

4. ¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica y evaluación de peso, observando cambios recientes o pérdida significativa.

  • Herramientas de cribado nutricional, como la Mini Nutritional Assessment (MNA), diseñada para detectar desnutrición en personas mayores.

  • Análisis de laboratorio, para medir niveles de proteínas, vitaminas y electrolitos.

  • Evaluación de la ingesta diaria, registrando cantidades y calidad de los alimentos consumidos.

5. Abordaje y manejo por geriatra y nutricionista

El tratamiento se centra en mejorar el estado nutricional y prevenir complicaciones:

  • Dieta personalizada, rica en proteínas, fibra y nutrientes esenciales.

  • Suplementos nutricionales, como batidos proteicos, en casos necesarios.

  • Intervenciones médicas específicas, para tratar enfermedades subyacentes.

  • Rehabilitación de la disfagia, si está presente, con modificaciones en la textura de los alimentos.

  • Promoción de comidas sociales, para estimular el apetito.

  • Seguimiento periódico con el geriatra y nutricionista, para ajustar el plan según necesidades.

Una atención nutricional adecuada mejora la calidad de vida, previene la pérdida funcional y reduce riesgos de hospitalización.

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