Deshidratación

Insuficiencia de líquidos en el cuerpo que afecta la función física y mental y puede llevar a complicaciones graves.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

DESHIDRATACIÓN

1. La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, afectando el equilibrio hídrico. En el adulto mayor puede ocurrir debido a cambios en la percepción de sed, enfermedades crónicas y medicamentos, pudiendo generar complicaciones graves.

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si observas:

  • Sequedad en la boca y piel, acompañada de labios agrietados.

  • Orina oscura y en poca cantidad, con menos frecuencia de lo habitual.

  • Confusión o desorientación, signos de afectación neurológica por falta de líquidos.

  • Cansancio extremo, incluso tras un descanso adecuado.

  • Mareos o vértigo, especialmente al levantarse rápidamente.

  • Pérdida de peso rápida, en pocos días, sin motivo aparente.

3. Causas comunes en mayores de 65 años

  • Reducción de la sensación de sed: Un cambio natural asociado al envejecimiento.

  • Medicamentos diuréticos o laxantes, que aumentan la pérdida de líquidos.

  • Enfermedades crónicas: Diabetes, insuficiencia renal o infecciones.

  • Ingesta insuficiente de líquidos, por problemas de movilidad, disfagia o apatía.

  • Fiebre o sudoración excesiva, en casos de infecciones o climas cálidos.

4. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando la ingesta de líquidos y síntomas.

  • Examen físico, observando signos como piel seca, lengua seca y ojos hundidos.

  • Análisis de sangre y orina, para medir electrolitos y función renal.

  • Monitorización del peso corporal, para detectar pérdidas rápidas asociadas a líquidos.

5. Abordaje y manejo

El tratamiento busca restaurar el equilibrio hídrico:

  • Aumento de la ingesta de líquidos, adaptando la cantidad y tipo según tolerancia.

  • Uso de soluciones de rehidratación oral, especialmente en casos leves.

  • Vigilancia de enfermedades subyacentes, como infecciones o descompensación renal.

  • Educación sobre hidratación adecuada, promoviendo el consumo de agua, infusiones o caldos.

  • Adaptaciones alimentarias, incorporando alimentos ricos en agua, como frutas y sopas.

  • Control periódico, para ajustar el manejo según la evolución.

Detectar y tratar la deshidratación a tiempo es clave para prevenir complicaciones como infecciones urinarias, caídas o insuficiencia renal.

ARTÍCULOS

28 de enero de 2025

5 Mitos del Envejecimiento

El envejecimiento es un tema rodeado de ideas preconcebidas y, en muchos casos, malentendidos. A medida que la población envejece, es crucial cuestionar estos mitos para fomentar una visión más realista y saludable de esta etapa de la vida. A continuación, desmontamos cinco de los mitos del envejecimiento y explicamos por qué no son ciertos.

DESHIDRATACIÓN

1. La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, afectando el equilibrio hídrico. En el adulto mayor puede ocurrir debido a cambios en la percepción de sed, enfermedades crónicas y medicamentos, pudiendo generar complicaciones graves.

2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un geriatra si observas:

  • Sequedad en la boca y piel, acompañada de labios agrietados.

  • Orina oscura y en poca cantidad, con menos frecuencia de lo habitual.

  • Confusión o desorientación, signos de afectación neurológica por falta de líquidos.

  • Cansancio extremo, incluso tras un descanso adecuado.

  • Mareos o vértigo, especialmente al levantarse rápidamente.

  • Pérdida de peso rápida, en pocos días, sin motivo aparente.

3. Causas comunes en mayores de 65 años

  • Reducción de la sensación de sed: Un cambio natural asociado al envejecimiento.

  • Medicamentos diuréticos o laxantes, que aumentan la pérdida de líquidos.

  • Enfermedades crónicas: Diabetes, insuficiencia renal o infecciones.

  • Ingesta insuficiente de líquidos, por problemas de movilidad, disfagia o apatía.

  • Fiebre o sudoración excesiva, en casos de infecciones o climas cálidos.

4. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando la ingesta de líquidos y síntomas.

  • Examen físico, observando signos como piel seca, lengua seca y ojos hundidos.

  • Análisis de sangre y orina, para medir electrolitos y función renal.

  • Monitorización del peso corporal, para detectar pérdidas rápidas asociadas a líquidos.

5. Abordaje y manejo

El tratamiento busca restaurar el equilibrio hídrico:

  • Aumento de la ingesta de líquidos, adaptando la cantidad y tipo según tolerancia.

  • Uso de soluciones de rehidratación oral, especialmente en casos leves.

  • Vigilancia de enfermedades subyacentes, como infecciones o descompensación renal.

  • Educación sobre hidratación adecuada, promoviendo el consumo de agua, infusiones o caldos.

  • Adaptaciones alimentarias, incorporando alimentos ricos en agua, como frutas y sopas.

  • Control periódico, para ajustar el manejo según la evolución.

Detectar y tratar la deshidratación a tiempo es clave para prevenir complicaciones como infecciones urinarias, caídas o insuficiencia renal.

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?
Ir al contenido