Incontinencia
Pérdida involuntaria de orina o heces, lo que afecta la calidad de vida y la autoestima del adulto mayor.
INCONTINENCIA URINARIA
- ¿Qué es la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que afecta la calidad de vida y la funcionalidad. Es más común en personas mayores, aunque no es parte normal del envejecimiento, y puede tener causas físicas, neurológicas o funcionales.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un especialista si observas:
- Pérdidas de orina frecuentes, al toser, reír o hacer esfuerzos físicos.
- Urgencia urinaria incontrolable, con incapacidad para llegar al baño a tiempo.
- Goteo continuo, incluso después de haber orinado.
- Irritación o infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la incontinencia.
- Impacto en la vida social o emocional, como vergüenza o aislamiento.
- Aumento en la frecuencia de micción nocturna, que interfiere con el sueño.
- Tipos más comunes
- De esfuerzo: Pérdida de orina al realizar actividades que aumentan la presión abdominal.
- De urgencia: Necesidad repentina e incontrolable de orinar, asociada a vejiga hiperactiva.
- Por rebosamiento: Goteo constante debido a un vaciamiento incompleto de la vejiga.
- Funcional: Dificultad para llegar al baño a tiempo por problemas de movilidad o cognitivos.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
- Historia clínica detallada, evaluando síntomas, frecuencia y desencadenantes de las pérdidas.
- Diario miccional, para registrar patrones de micción y episodios de incontinencia.
- Exploración física, incluyendo evaluación abdominal, pélvica y neurológica.
- Pruebas específicas, como análisis de orina y estudios urodinámicos, para evaluar la función de la vejiga.
- Ecografía vesical, para detectar problemas anatómicos o de vaciamiento.
- Abordaje y manejo
El tratamiento debe ser integral y adaptado a la causa:
- Terapia conductual:
- Entrenamiento vesical, para mejorar el control de los tiempos de micción.
- Ejercicios de Kegel, para fortalecer los músculos del suelo pélvico.
- Tratamiento médico:
- Medicamentos antimuscarínicos o beta-3 agonistas para la vejiga hiperactiva, no siempre adecuados en población adulta mayor
- Dispositivos y ayudas técnicas:
- Pessarios en casos de debilidad del suelo pélvico.
- Absorbentes específicos, como compresas o pañales, para minimizar el impacto social.
- Cirugía:
- Procedimientos como mallas suburetrales o esfínteres artificiales en casos graves.
- Modificaciones del entorno:
- Adaptar el baño para facilitar el acceso y reducir barreras físicas.
Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones relacionadas con la incontinencia urinaria.
ARTÍCULOS
INCONTINENCIA URINARIA
- ¿Qué es la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que afecta la calidad de vida y la funcionalidad. Es más común en personas mayores, aunque no es parte normal del envejecimiento, y puede tener causas físicas, neurológicas o funcionales.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un especialista si observas:
- Pérdidas de orina frecuentes, al toser, reír o hacer esfuerzos físicos.
- Urgencia urinaria incontrolable, con incapacidad para llegar al baño a tiempo.
- Goteo continuo, incluso después de haber orinado.
- Irritación o infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la incontinencia.
- Impacto en la vida social o emocional, como vergüenza o aislamiento.
- Aumento en la frecuencia de micción nocturna, que interfiere con el sueño.
- Tipos más comunes
- De esfuerzo: Pérdida de orina al realizar actividades que aumentan la presión abdominal.
- De urgencia: Necesidad repentina e incontrolable de orinar, asociada a vejiga hiperactiva.
- Por rebosamiento: Goteo constante debido a un vaciamiento incompleto de la vejiga.
- Funcional: Dificultad para llegar al baño a tiempo por problemas de movilidad o cognitivos.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
- Historia clínica detallada, evaluando síntomas, frecuencia y desencadenantes de las pérdidas.
- Diario miccional, para registrar patrones de micción y episodios de incontinencia.
- Exploración física, incluyendo evaluación abdominal, pélvica y neurológica.
- Pruebas específicas, como análisis de orina y estudios urodinámicos, para evaluar la función de la vejiga.
- Ecografía vesical, para detectar problemas anatómicos o de vaciamiento.
- Abordaje y manejo
El tratamiento debe ser integral y adaptado a la causa:
- Terapia conductual:
- Entrenamiento vesical, para mejorar el control de los tiempos de micción.
- Ejercicios de Kegel, para fortalecer los músculos del suelo pélvico.
- Tratamiento médico:
- Medicamentos antimuscarínicos o beta-3 agonistas para la vejiga hiperactiva, no siempre adecuados en población adulta mayor
- Dispositivos y ayudas técnicas:
- Pessarios en casos de debilidad del suelo pélvico.
- Absorbentes específicos, como compresas o pañales, para minimizar el impacto social.
- Cirugía:
- Procedimientos como mallas suburetrales o esfínteres artificiales en casos graves.
- Modificaciones del entorno:
- Adaptar el baño para facilitar el acceso y reducir barreras físicas.
Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones relacionadas con la incontinencia urinaria.