Hipotensión ortostática
Descenso brusco de la presión arterial al ponerse de pie, lo que puede causar mareos y caídas.
HIPOTENSIÓN ORTOSTÁTICA
- La hipotensión ortostática es una caída significativa de la presión arterial al ponerse de pie, definida como una disminución de al menos 20 mmHg en la presión sistólica o 10 mmHg en la diastólica. Este problema puede causar mareos, desmayos y aumentar el riesgo de caídas, siendo especialmente común en personas mayores.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si se presentan:
- Mareos o sensación de vértigo, al levantarse de la cama o una silla.
- Visión borrosa o aturdimiento tras cambios de posición.
- Pérdida de equilibrio, con riesgo de caídas.
- Desmayos o síncopes, en situaciones relacionadas con cambios posturales.
- Fatiga o debilidad persistente, asociada a hipotensión.
- Aumento en la frecuencia de caídas, especialmente tras levantarse.
- Causas comunes
- Deshidratación: Ingesta insuficiente de líquidos o pérdida excesiva por diarrea, fiebre o sudoración.
- Medicamentos: Antihipertensivos, diuréticos o fármacos para Parkinson.
- Enfermedades neurológicas: Parkinson, atrofia multisistémica o neuropatías autonómicas.
- Enfermedades cardiovasculares: Insuficiencia cardíaca o estenosis aórtica.
- Reposo prolongado en cama: Que afecta la capacidad del sistema cardiovascular para adaptarse.
- Alteraciones hormonales: Como insuficiencia suprarrenal.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de hipotensión ortostática incluye:
- Historia clínica detallada: Evaluando síntomas, medicamentos y enfermedades subyacentes.
- Medición de la presión arterial en distintas posiciones: Supino (acostado) y de pie tras 1 y 3 minutos.
- Pruebas complementarias:
- Análisis de sangre para descartar anemia o desequilibrios electrolíticos.
- Electrocardiograma (ECG) para evaluar función cardíaca.
- Pruebas autonómicas, en casos de sospecha de disfunción neurológica.
- Abordaje y manejo en geriatría
El tratamiento busca aliviar los síntomas, prevenir caídas y abordar la causa subyacente:
- Medidas no farmacológicas:
- Aumentar la ingesta de líquidos y sal, bajo supervisión médica.
- Uso de medias de compresión, para mejorar el retorno venoso.
- Cambios posturales graduales, levantándose lentamente.
- Evitar el consumo de alcohol, que puede agravar la hipotensión.
- Tratamiento médico:
- Ajuste de medicamentos que puedan contribuir al problema.
- Uso de fármacos como fludrocortisona o midodrina, en casos más severos.
- Prevención de complicaciones:
- Adaptar el entorno, minimizando riesgos de caídas.
- Ejercicios físicos para mejorar el tono muscular y la circulación.
- Seguimiento periódico:
- Evaluar la eficacia del tratamiento y ajustar según la evolución del paciente.
Con un enfoque integral, es posible reducir los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de quienes padecen hipotensión ortostática.
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HIPOTENSIÓN ORTOSTÁTICA
- La hipotensión ortostática es una caída significativa de la presión arterial al ponerse de pie, definida como una disminución de al menos 20 mmHg en la presión sistólica o 10 mmHg en la diastólica. Este problema puede causar mareos, desmayos y aumentar el riesgo de caídas, siendo especialmente común en personas mayores.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si se presentan:
- Mareos o sensación de vértigo, al levantarse de la cama o una silla.
- Visión borrosa o aturdimiento tras cambios de posición.
- Pérdida de equilibrio, con riesgo de caídas.
- Desmayos o síncopes, en situaciones relacionadas con cambios posturales.
- Fatiga o debilidad persistente, asociada a hipotensión.
- Aumento en la frecuencia de caídas, especialmente tras levantarse.
- Causas comunes
- Deshidratación: Ingesta insuficiente de líquidos o pérdida excesiva por diarrea, fiebre o sudoración.
- Medicamentos: Antihipertensivos, diuréticos o fármacos para Parkinson.
- Enfermedades neurológicas: Parkinson, atrofia multisistémica o neuropatías autonómicas.
- Enfermedades cardiovasculares: Insuficiencia cardíaca o estenosis aórtica.
- Reposo prolongado en cama: Que afecta la capacidad del sistema cardiovascular para adaptarse.
- Alteraciones hormonales: Como insuficiencia suprarrenal.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de hipotensión ortostática incluye:
- Historia clínica detallada: Evaluando síntomas, medicamentos y enfermedades subyacentes.
- Medición de la presión arterial en distintas posiciones: Supino (acostado) y de pie tras 1 y 3 minutos.
- Pruebas complementarias:
- Análisis de sangre para descartar anemia o desequilibrios electrolíticos.
- Electrocardiograma (ECG) para evaluar función cardíaca.
- Pruebas autonómicas, en casos de sospecha de disfunción neurológica.
- Abordaje y manejo en geriatría
El tratamiento busca aliviar los síntomas, prevenir caídas y abordar la causa subyacente:
- Medidas no farmacológicas:
- Aumentar la ingesta de líquidos y sal, bajo supervisión médica.
- Uso de medias de compresión, para mejorar el retorno venoso.
- Cambios posturales graduales, levantándose lentamente.
- Evitar el consumo de alcohol, que puede agravar la hipotensión.
- Tratamiento médico:
- Ajuste de medicamentos que puedan contribuir al problema.
- Uso de fármacos como fludrocortisona o midodrina, en casos más severos.
- Prevención de complicaciones:
- Adaptar el entorno, minimizando riesgos de caídas.
- Ejercicios físicos para mejorar el tono muscular y la circulación.
- Seguimiento periódico:
- Evaluar la eficacia del tratamiento y ajustar según la evolución del paciente.
Con un enfoque integral, es posible reducir los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de quienes padecen hipotensión ortostática.