Fragilidad
Pérdida de la reserva funcional del organismo que puede abocar a la discapacidad y dependencia.
FRAGILIDAD
- La fragilidad es un síndrome caracterizado por la disminución de las reservas fisiológicas y la resistencia al estrés, identificado mediante cinco criterios: pérdida de peso no intencionada, debilidad muscular, fatiga, lentitud al caminar y baja actividad física. Se considera frágil si se cumplen tres o más criterios; con uno o dos, está en riesgo de fragilidad.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si la persona mayor presenta:
- Pérdida de peso no intencionada, superior al 5% en el último año.
- Debilidad muscular, con dificultad para actividades cotidianas.
- Fatiga constante, que limita las tareas diarias.
- Lentitud al caminar, con pasos cortos o inestables.
- Inactividad física sostenida, con menos participación en actividades.
- Mayor susceptibilidad a enfermedades o caídas.
- Causas comunes de la fragilidad
- Sarcopenia: Pérdida de masa muscular por envejecimiento o inactividad.
- Desnutrición: Déficit de proteínas o calorías.
- Enfermedades crónicas: Insuficiencia cardíaca, EPOC o diabetes.
- Hospitalizaciones prolongadas: Que aceleran el deterioro funcional.
- Inflamación crónica: Asociada al envejecimiento biológico.
- Falta de soporte social: Que fomenta el aislamiento.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
- Evaluación de los cinco criterios: Pérdida de peso, debilidad muscular (dinamometría), fatiga, lentitud al caminar (velocidad en 4 metros) y nivel de actividad física.
- Historia clínica detallada, para identificar enfermedades asociadas.
- Pruebas complementarias, como análisis nutricionales, si se sospechan déficits.
- Abordaje y manejo en geriatría
El tratamiento se enfoca en revertir la fragilidad:
- Intervenciones nutricionales: Incrementar la ingesta de proteínas y suplementar déficits.
- Ejercicio multicomponente: Fortalecer músculos, equilibrio, resistencia y flexibilidad.
- Prevención de complicaciones: Tratar enfermedades asociadas y prevenir caídas.
- Apoyo emocional: Participación en actividades sociales y apoyo psicológico.
- Seguimiento personalizado: Revisión periódica para ajustar el manejo.
Este enfoque permite identificar la fragilidad de manera precisa y aplicar estrategias efectivas para preservar la autonomía y calidad de vida.
ARTÍCULOS
FRAGILIDAD
- La fragilidad es un síndrome caracterizado por la disminución de las reservas fisiológicas y la resistencia al estrés, identificado mediante cinco criterios: pérdida de peso no intencionada, debilidad muscular, fatiga, lentitud al caminar y baja actividad física. Se considera frágil si se cumplen tres o más criterios; con uno o dos, está en riesgo de fragilidad.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si la persona mayor presenta:
- Pérdida de peso no intencionada, superior al 5% en el último año.
- Debilidad muscular, con dificultad para actividades cotidianas.
- Fatiga constante, que limita las tareas diarias.
- Lentitud al caminar, con pasos cortos o inestables.
- Inactividad física sostenida, con menos participación en actividades.
- Mayor susceptibilidad a enfermedades o caídas.
- Causas comunes de la fragilidad
- Sarcopenia: Pérdida de masa muscular por envejecimiento o inactividad.
- Desnutrición: Déficit de proteínas o calorías.
- Enfermedades crónicas: Insuficiencia cardíaca, EPOC o diabetes.
- Hospitalizaciones prolongadas: Que aceleran el deterioro funcional.
- Inflamación crónica: Asociada al envejecimiento biológico.
- Falta de soporte social: Que fomenta el aislamiento.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
- Evaluación de los cinco criterios: Pérdida de peso, debilidad muscular (dinamometría), fatiga, lentitud al caminar (velocidad en 4 metros) y nivel de actividad física.
- Historia clínica detallada, para identificar enfermedades asociadas.
- Pruebas complementarias, como análisis nutricionales, si se sospechan déficits.
- Abordaje y manejo en geriatría
El tratamiento se enfoca en revertir la fragilidad:
- Intervenciones nutricionales: Incrementar la ingesta de proteínas y suplementar déficits.
- Ejercicio multicomponente: Fortalecer músculos, equilibrio, resistencia y flexibilidad.
- Prevención de complicaciones: Tratar enfermedades asociadas y prevenir caídas.
- Apoyo emocional: Participación en actividades sociales y apoyo psicológico.
- Seguimiento personalizado: Revisión periódica para ajustar el manejo.
Este enfoque permite identificar la fragilidad de manera precisa y aplicar estrategias efectivas para preservar la autonomía y calidad de vida.