Hiperplasia benigna de próstata

Agrandamiento de la próstata que causa problemas urinarios en hombres mayores.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA

  1. La hiperplasia benigna de próstata es un aumento no canceroso del tamaño de la próstata que ocurre con el envejecimiento. Este crecimiento puede comprimir la uretra, causando dificultades urinarias y afectando la calidad de vida. Es una de las afecciones urológicas más comunes en hombres mayores.
  2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un urólogo o geriatra si se presentan:

  • Dificultad para iniciar la micción, con un flujo urinario débil o interrumpido.
  • Aumento de la frecuencia urinaria, especialmente durante la noche (nicturia).
  • Sensación de vaciamiento incompleto después de orinar.
  • Urgencia urinaria, con dificultad para controlarla.
  • Goteo postmiccional o incontinencia urinaria ocasional.
  • Infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la retención de orina.
  1. Causas y factores de riesgo
  • Edad avanzada, que incrementa el riesgo de crecimiento prostático.
  • Cambios hormonales, especialmente en la relación entre testosterona y estrógenos.
  • Predisposición genética, con antecedentes familiares de HBP.
  • Estilo de vida sedentario y obesidad, que pueden exacerbar los síntomas.
  • Hábitos dietéticos poco saludables, como alto consumo de grasas saturadas.
  1. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando síntomas urinarios y antecedentes médicos.
  • Exploración física:
    • Tacto rectal para evaluar el tamaño y consistencia de la próstata.
  • Pruebas específicas:
    • Antígeno prostático específico (PSA), para descartar patología maligna.
    • Ecografía prostática, para medir el tamaño de la glándula.
    • Flujometría, que analiza el flujo urinario.
    • Estudio de orina, para detectar infecciones o sangre.
  1. Abordaje y manejo en geriatría

El tratamiento se adapta a la severidad de los síntomas y las necesidades del paciente:

  • Tratamiento médico:
    • Alfa bloqueantes, para relajar los músculos de la próstata y mejorar el flujo urinario.
    • Inhibidores de la 5-alfa-reductasa, que reducen el tamaño de la próstata.
    • Medicación combinada en casos moderados a graves.
  • Intervenciones quirúrgicas:
    • Resección transuretral de próstata (RTUP), el procedimiento más común.
    • Técnicas mínimamente invasivas, como vaporización láser o ablación por microondas.
  • Cambios en el estilo de vida:
    • Reducir el consumo de líquidos por la noche.
    • Evitar cafeína y alcohol, que pueden irritar la vejiga.
    • Mantener una actividad física regular para mejorar la salud general.
  • Seguimiento periódico:
    • Revisión de los síntomas y ajustes en el tratamiento según la evolución.

Con un manejo adecuado, es posible controlar los síntomas, prevenir complicaciones y mantener una buena calidad de vida en hombres con hiperplasia benigna de próstata.

 

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HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA

  1. La hiperplasia benigna de próstata es un aumento no canceroso del tamaño de la próstata que ocurre con el envejecimiento. Este crecimiento puede comprimir la uretra, causando dificultades urinarias y afectando la calidad de vida. Es una de las afecciones urológicas más comunes en hombres mayores.
  2. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un urólogo o geriatra si se presentan:

  • Dificultad para iniciar la micción, con un flujo urinario débil o interrumpido.
  • Aumento de la frecuencia urinaria, especialmente durante la noche (nicturia).
  • Sensación de vaciamiento incompleto después de orinar.
  • Urgencia urinaria, con dificultad para controlarla.
  • Goteo postmiccional o incontinencia urinaria ocasional.
  • Infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la retención de orina.
  1. Causas y factores de riesgo
  • Edad avanzada, que incrementa el riesgo de crecimiento prostático.
  • Cambios hormonales, especialmente en la relación entre testosterona y estrógenos.
  • Predisposición genética, con antecedentes familiares de HBP.
  • Estilo de vida sedentario y obesidad, que pueden exacerbar los síntomas.
  • Hábitos dietéticos poco saludables, como alto consumo de grasas saturadas.
  1. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando síntomas urinarios y antecedentes médicos.
  • Exploración física:
    • Tacto rectal para evaluar el tamaño y consistencia de la próstata.
  • Pruebas específicas:
    • Antígeno prostático específico (PSA), para descartar patología maligna.
    • Ecografía prostática, para medir el tamaño de la glándula.
    • Flujometría, que analiza el flujo urinario.
    • Estudio de orina, para detectar infecciones o sangre.
  1. Abordaje y manejo en geriatría

El tratamiento se adapta a la severidad de los síntomas y las necesidades del paciente:

  • Tratamiento médico:
    • Alfa bloqueantes, para relajar los músculos de la próstata y mejorar el flujo urinario.
    • Inhibidores de la 5-alfa-reductasa, que reducen el tamaño de la próstata.
    • Medicación combinada en casos moderados a graves.
  • Intervenciones quirúrgicas:
    • Resección transuretral de próstata (RTUP), el procedimiento más común.
    • Técnicas mínimamente invasivas, como vaporización láser o ablación por microondas.
  • Cambios en el estilo de vida:
    • Reducir el consumo de líquidos por la noche.
    • Evitar cafeína y alcohol, que pueden irritar la vejiga.
    • Mantener una actividad física regular para mejorar la salud general.
  • Seguimiento periódico:
    • Revisión de los síntomas y ajustes en el tratamiento según la evolución.

Con un manejo adecuado, es posible controlar los síntomas, prevenir complicaciones y mantener una buena calidad de vida en hombres con hiperplasia benigna de próstata.

 

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