Hiperplasia benigna de próstata
Agrandamiento de la próstata que causa problemas urinarios en hombres mayores.
HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA
- La hiperplasia benigna de próstata es un aumento no canceroso del tamaño de la próstata que ocurre con el envejecimiento. Este crecimiento puede comprimir la uretra, causando dificultades urinarias y afectando la calidad de vida. Es una de las afecciones urológicas más comunes en hombres mayores.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un urólogo o geriatra si se presentan:
- Dificultad para iniciar la micción, con un flujo urinario débil o interrumpido.
- Aumento de la frecuencia urinaria, especialmente durante la noche (nicturia).
- Sensación de vaciamiento incompleto después de orinar.
- Urgencia urinaria, con dificultad para controlarla.
- Goteo postmiccional o incontinencia urinaria ocasional.
- Infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la retención de orina.
- Causas y factores de riesgo
- Edad avanzada, que incrementa el riesgo de crecimiento prostático.
- Cambios hormonales, especialmente en la relación entre testosterona y estrógenos.
- Predisposición genética, con antecedentes familiares de HBP.
- Estilo de vida sedentario y obesidad, que pueden exacerbar los síntomas.
- Hábitos dietéticos poco saludables, como alto consumo de grasas saturadas.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
- Historia clínica detallada, evaluando síntomas urinarios y antecedentes médicos.
- Exploración física:
- Tacto rectal para evaluar el tamaño y consistencia de la próstata.
- Pruebas específicas:
- Antígeno prostático específico (PSA), para descartar patología maligna.
- Ecografía prostática, para medir el tamaño de la glándula.
- Flujometría, que analiza el flujo urinario.
- Estudio de orina, para detectar infecciones o sangre.
- Abordaje y manejo en geriatría
El tratamiento se adapta a la severidad de los síntomas y las necesidades del paciente:
- Tratamiento médico:
- Alfa bloqueantes, para relajar los músculos de la próstata y mejorar el flujo urinario.
- Inhibidores de la 5-alfa-reductasa, que reducen el tamaño de la próstata.
- Medicación combinada en casos moderados a graves.
- Intervenciones quirúrgicas:
- Resección transuretral de próstata (RTUP), el procedimiento más común.
- Técnicas mínimamente invasivas, como vaporización láser o ablación por microondas.
- Cambios en el estilo de vida:
- Reducir el consumo de líquidos por la noche.
- Evitar cafeína y alcohol, que pueden irritar la vejiga.
- Mantener una actividad física regular para mejorar la salud general.
- Seguimiento periódico:
- Revisión de los síntomas y ajustes en el tratamiento según la evolución.
Con un manejo adecuado, es posible controlar los síntomas, prevenir complicaciones y mantener una buena calidad de vida en hombres con hiperplasia benigna de próstata.
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HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA
- La hiperplasia benigna de próstata es un aumento no canceroso del tamaño de la próstata que ocurre con el envejecimiento. Este crecimiento puede comprimir la uretra, causando dificultades urinarias y afectando la calidad de vida. Es una de las afecciones urológicas más comunes en hombres mayores.
- ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un urólogo o geriatra si se presentan:
- Dificultad para iniciar la micción, con un flujo urinario débil o interrumpido.
- Aumento de la frecuencia urinaria, especialmente durante la noche (nicturia).
- Sensación de vaciamiento incompleto después de orinar.
- Urgencia urinaria, con dificultad para controlarla.
- Goteo postmiccional o incontinencia urinaria ocasional.
- Infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la retención de orina.
- Causas y factores de riesgo
- Edad avanzada, que incrementa el riesgo de crecimiento prostático.
- Cambios hormonales, especialmente en la relación entre testosterona y estrógenos.
- Predisposición genética, con antecedentes familiares de HBP.
- Estilo de vida sedentario y obesidad, que pueden exacerbar los síntomas.
- Hábitos dietéticos poco saludables, como alto consumo de grasas saturadas.
- ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico incluye:
- Historia clínica detallada, evaluando síntomas urinarios y antecedentes médicos.
- Exploración física:
- Tacto rectal para evaluar el tamaño y consistencia de la próstata.
- Pruebas específicas:
- Antígeno prostático específico (PSA), para descartar patología maligna.
- Ecografía prostática, para medir el tamaño de la glándula.
- Flujometría, que analiza el flujo urinario.
- Estudio de orina, para detectar infecciones o sangre.
- Abordaje y manejo en geriatría
El tratamiento se adapta a la severidad de los síntomas y las necesidades del paciente:
- Tratamiento médico:
- Alfa bloqueantes, para relajar los músculos de la próstata y mejorar el flujo urinario.
- Inhibidores de la 5-alfa-reductasa, que reducen el tamaño de la próstata.
- Medicación combinada en casos moderados a graves.
- Intervenciones quirúrgicas:
- Resección transuretral de próstata (RTUP), el procedimiento más común.
- Técnicas mínimamente invasivas, como vaporización láser o ablación por microondas.
- Cambios en el estilo de vida:
- Reducir el consumo de líquidos por la noche.
- Evitar cafeína y alcohol, que pueden irritar la vejiga.
- Mantener una actividad física regular para mejorar la salud general.
- Seguimiento periódico:
- Revisión de los síntomas y ajustes en el tratamiento según la evolución.
Con un manejo adecuado, es posible controlar los síntomas, prevenir complicaciones y mantener una buena calidad de vida en hombres con hiperplasia benigna de próstata.