Incontinencia

Pérdida involuntaria de orina o heces, lo que afecta la calidad de vida y la autoestima del adulto mayor.

Pedro Manuel Sánchez Jurado - Doctoralia.es

INCONTINENCIA URINARIA

  1. ¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que afecta la calidad de vida y la funcionalidad. Es más común en personas mayores, aunque no es parte normal del envejecimiento, y puede tener causas físicas, neurológicas o funcionales.

  1. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un especialista si observas:

  • Pérdidas de orina frecuentes, al toser, reír o hacer esfuerzos físicos.
  • Urgencia urinaria incontrolable, con incapacidad para llegar al baño a tiempo.
  • Goteo continuo, incluso después de haber orinado.
  • Irritación o infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la incontinencia.
  • Impacto en la vida social o emocional, como vergüenza o aislamiento.
  • Aumento en la frecuencia de micción nocturna, que interfiere con el sueño.
  1. Tipos más comunes
  • De esfuerzo: Pérdida de orina al realizar actividades que aumentan la presión abdominal.
  • De urgencia: Necesidad repentina e incontrolable de orinar, asociada a vejiga hiperactiva.
  • Por rebosamiento: Goteo constante debido a un vaciamiento incompleto de la vejiga.
  • Funcional: Dificultad para llegar al baño a tiempo por problemas de movilidad o cognitivos.
  1. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando síntomas, frecuencia y desencadenantes de las pérdidas.
  • Diario miccional, para registrar patrones de micción y episodios de incontinencia.
  • Exploración física, incluyendo evaluación abdominal, pélvica y neurológica.
  • Pruebas específicas, como análisis de orina y estudios urodinámicos, para evaluar la función de la vejiga.
  • Ecografía vesical, para detectar problemas anatómicos o de vaciamiento.
  1. Abordaje y manejo

El tratamiento debe ser integral y adaptado a la causa:

  • Terapia conductual:
    • Entrenamiento vesical, para mejorar el control de los tiempos de micción.
  • Ejercicios de Kegel, para fortalecer los músculos del suelo pélvico.
  • Tratamiento médico:
    • Medicamentos antimuscarínicos o beta-3 agonistas para la vejiga hiperactiva, no siempre adecuados en población adulta mayor
  • Dispositivos y ayudas técnicas:
    • Pessarios en casos de debilidad del suelo pélvico.
    • Absorbentes específicos, como compresas o pañales, para minimizar el impacto social.
  • Cirugía:
    • Procedimientos como mallas suburetrales o esfínteres artificiales en casos graves.
  • Modificaciones del entorno:
    • Adaptar el baño para facilitar el acceso y reducir barreras físicas.

Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones relacionadas con la incontinencia urinaria.

 

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INCONTINENCIA URINARIA

  1. ¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que afecta la calidad de vida y la funcionalidad. Es más común en personas mayores, aunque no es parte normal del envejecimiento, y puede tener causas físicas, neurológicas o funcionales.

  1. ¿Cuándo deberías preocuparte?

Consulta a un especialista si observas:

  • Pérdidas de orina frecuentes, al toser, reír o hacer esfuerzos físicos.
  • Urgencia urinaria incontrolable, con incapacidad para llegar al baño a tiempo.
  • Goteo continuo, incluso después de haber orinado.
  • Irritación o infecciones urinarias recurrentes, asociadas a la incontinencia.
  • Impacto en la vida social o emocional, como vergüenza o aislamiento.
  • Aumento en la frecuencia de micción nocturna, que interfiere con el sueño.
  1. Tipos más comunes
  • De esfuerzo: Pérdida de orina al realizar actividades que aumentan la presión abdominal.
  • De urgencia: Necesidad repentina e incontrolable de orinar, asociada a vejiga hiperactiva.
  • Por rebosamiento: Goteo constante debido a un vaciamiento incompleto de la vejiga.
  • Funcional: Dificultad para llegar al baño a tiempo por problemas de movilidad o cognitivos.
  1. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico incluye:

  • Historia clínica detallada, evaluando síntomas, frecuencia y desencadenantes de las pérdidas.
  • Diario miccional, para registrar patrones de micción y episodios de incontinencia.
  • Exploración física, incluyendo evaluación abdominal, pélvica y neurológica.
  • Pruebas específicas, como análisis de orina y estudios urodinámicos, para evaluar la función de la vejiga.
  • Ecografía vesical, para detectar problemas anatómicos o de vaciamiento.
  1. Abordaje y manejo

El tratamiento debe ser integral y adaptado a la causa:

  • Terapia conductual:
    • Entrenamiento vesical, para mejorar el control de los tiempos de micción.
  • Ejercicios de Kegel, para fortalecer los músculos del suelo pélvico.
  • Tratamiento médico:
    • Medicamentos antimuscarínicos o beta-3 agonistas para la vejiga hiperactiva, no siempre adecuados en población adulta mayor
  • Dispositivos y ayudas técnicas:
    • Pessarios en casos de debilidad del suelo pélvico.
    • Absorbentes específicos, como compresas o pañales, para minimizar el impacto social.
  • Cirugía:
    • Procedimientos como mallas suburetrales o esfínteres artificiales en casos graves.
  • Modificaciones del entorno:
    • Adaptar el baño para facilitar el acceso y reducir barreras físicas.

Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones relacionadas con la incontinencia urinaria.

 

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